No somos una empresa de grandes inversionistas y líneas de producción con tecnología de punta. Somos emprendedoras, comenzamos en la cocina de nuestro apartamento. En el 2015 comenzamos un camino de panes que no crecieron en el horno y varios que se quemaron. Ahora somos expertas. Entendemos que el banano está vivo, tiene su propio ritmo, madura constantemente. Sabemos combinarlo con diferentes ingredientes y jugar con las recetas para crear nuevos productos.